¿Cómo inició el proceso de transformación?

¿Cómo inició el proceso de transformación?

En realidad comenzamos a transformar nuestra forma de vivir y de percibir las experiencias cuando llegamos al límite del dolor y sufrimiento.  Cuando nuestra copa se ha rebosado de experiencias que percibimos desagradables e injustas.

El paso más difícil es el primero, es el que meditamos para tomar acción, si es muy agradable estar ya acostumbrados al sufrimiento, a la agresión, a la desvalorización y al irrespeto.  Nos enseñan que hay que cumplir con el deber ser, que no podemos expresar nuestro mal genio, nuestras molestias, nuestras frustraciones y nos limitan en la expresión de nuestras emociones. El primer paso es comenzar a escucharnos,  aprender de nuevo a esa escucha interna que nos fue prohibida sentir.  Escucho que siento rabia y la expreso, siento sed y tomo agua.  El solo decir la palabra agua no quita la sed hay que tomarla para que así sea.  Solo con decir tengo mal genio no pasa hay que sentirlo, hay que expresarlo. 

Ahora te invito a que inicies y des tu primer paso.  Como cuando fuimos bebes e iniciamos el proceso de caminar, inicialmente nos levantamos en los dos pies, hacíamos solos y nos sosteníamos por un tiempo, luego nuestros padres o quien nos cuidó nos brindaban seguridad extendiendo sus manos y dábamos nuestros primeros pasos uno o dos eran suficientes, eran mágicos, alegres y nos sentíamos supremamente felices y plenos.  Luego caminamos cogidos de los bordes y nos soltábamos solos de una esquina a otra y si nos caímos, nos pegamos, lloramos, y nada ni nadie nos venció el deseo de caminar, de correr.  Fueron muchas veces que nos caímos y eso no nos impidió caminar, pudo más el deseo de nuestra niñez de caminar y explorar, de crecer.  Así es, esa es la actitud que hay que retomar ahora que somos adultos, ese deseo de crecer y ser mejores cada día.  Si lo hicimos esta cualidad esta en reposo, solo hay que retomarla, ya está inscrita en nosotros solo hay que recordarla y ser constantes, perseverantes como lo fuimos cuando éramos bebes.

Esa es la actitud que hay que elegir ser; perseverante, porque la constancia, el esfuerzo y el deseo de crecer es más fuerte que las dificultades.  Es como la siguiente imagen, si te permites observar es como el pájaro, él confía plenamente en si mismo.  Eso es lo que somos cuando fuimos bebes confiamos en nosotros mismos, tenemos nuestro poder interior integrado en nosotros.  Eso es lo que hay que retomar e integrar nuevamente porque allí esta.  Nos pertenece y esta para nosotros mismos.  ES PROPIO, ÚNICO, AUTÉNTICO DE CADA UNO DE LOS SERES HUMANOS.  Permítete experimentar crecer como cuando eras un bebe.  Esa es LA ACTITUD.

EL PODER DE TRANSFORMAR ESTA DENTRO EN TI. 

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